¿Quién hizo tu polera?: Transparencia en la cadena de suministro

Imagina que te encuentras en esta situación: Necesitas comprar una polera y estás en una tienda, ¿en qué te fijas para decidir cuál polera comprar?, ¿será en la marca?, ¿si es cómoda?, ¿en el diseño?, ¿el precio? Lo más probable es que sea una combinación de todo aquello. Pero, ¿te fijas en la transparencia de la cadena de suministros? ¿tomas también en cuenta de dónde viene la polera?, ¿quién la hizo?, ¿bajo qué condiciones?, ¿de dónde provienen los insumos?, ¿cómo fueron obtenidos?, ¿qué precio fue pagado al productor del material? ¿cómo fue producido el material? o ¿qué impacto tuvo en la naturaleza?

Son muchas preguntas para pensar al momento de comprar una sola polera. Y lo más probable es que ni la mitad de la información necesaria para poder responder a estas preguntas está disponible al momento de comprar. 

Al mismo tiempo, muchos ya pueden imaginar que la gran mayoría de nuestra ropa es fabricada en ‘sweatshops’, talleres generalmente en países menos desarrollados, donde los trabajadores soportan malas condiciones de trabajo, largas jornadas, bajos salarios, entre otras violaciones de los derechos laborales. Y la mayoría de los insumos, como por ejemplo el algodón, provienen de plantaciones tratadas con una carga importante de agroquímicos o por procesos muy contaminantes para el ambiente.

Preguntas sobre transparencia tras el derrumbe de Rana Plaza 

Algunos recordarán una noticia del año 2013 que conmocionó al mundo: el colapso de la fábrica textil Rana Plaza en Bangladesh que terminó con la muerte de más de 1.000 personas y la revelación de las precarias condiciones laborales de una de las mayores industrias textiles del mundo.

 En este lugar se fabricaban enormes cantidades de ropa de marcas muy conocidas, sin embargo, las mismas marcas declararon que no sostenían contrato con dicha fábrica y que ni sabían que su ropa se fabricaba allí bajo esas condiciones. Además las marcas declaran que hacen auditorías internas a sus proveedores, bajo estrictas normas de condiciones de trabajo y seguridad, haciendo ver que no suscriben con las prácticas que se desarrollaban en Rana Plaza. ¿Entonces cómo fue posible que su ropa fue fabricada en Rana Plaza?

Probablemente las empresas con las cuales las marcas conocidas tenían contratos y a las cuales auditaban por sus condiciones de seguridad, recibieron órdenes de tan grandes cantidades a cumplir en tan poco tiempo que se vieron obligados a subcontratar a otras fábricas como Rana Plaza para poder cumplir con estos pedidos. 

Este es un catastrófico caso de la falta de transparencia y prácticas democráticas en la cadena de suministro: por un lado, los proveedores no informaban a las marcas las condiciones bajo las cuales trabajaban incluyendo la subcontratación de terceros, y por otro lado, las marcas no abrían espacio de participación democrática a las fábricas en las decisiones sobre las cantidades y tiempos de entrega de pedidos, negociando lo factible bajo condiciones humanas.

A pesar de todo ello, hay muchas empresas que se hacen responsables de sus cadenas de suministro, que conocen muy bien sobre la trazabilidad de los insumos que compran y bajo qué condiciones fueron elaborados. Así trabajan las empresas que suscriben al Comercio Justo por ejemplo. Un esquema de certificación que tiene como objetivo transparentar y controlar las condiciones de trabajo y producción en toda la cadena de suministro.

¿Está presente la Transparencia y Participación Democrática en mi cadena de suministro?

La Economía del Bien Común por medio de su Balance invita a las organizaciones a mirarse a sí mismas a través de la evaluación de sus procesos en pos de una mejora continua. El balance relaciona valores con grupos de interés, en este artículo se trata la Transparencia y Participación Democrática en la cadena de suministro (proveedores).



Una organización EBC:

  • Reconoce su corresponsabilidad en la transparencia y participación de toda su cadena de valor y contribuye en ello.
  • Es transparente con sus proveedores y les facilita una participación razonable en las decisiones o áreas que les sean relevantes. 

Una organización EBC se pregunta:

  • ¿Qué información de nuestra organización es relevante e interesante para nuestros proveedores? 
  • ¿Qué decisiones de nuestra organización afectan a nuestros proveedores? 
  • ¿Quiénes son nuestros socios/aliados directos e indirectos en la cadena de suministro, y qué nivel de transparencia y participación en la toma de decisiones tienen frente a otros implicados? 
  • ¿Hasta dónde llega nuestra influencia directa e indirecta en la cadena de suministro para establecer relaciones transparentes y participativas de todos los implicados? 
  • ¿Qué información, y con qué profundidad, se pone a disposición de los proveedores?
  • ¿Cómo y hasta qué punto se facilita la participación de los proveedores en la toma de decisiones de temas que les conciernen? 
  • ¿Están satisfechos los proveedores con el nivel de transparencia y participación en la toma de decisiones en la organización? 
  • ¿Qué estrategia tiene la organización para garantizar – dentro de su área de influencia – relaciones transparentes y participativas a lo largo de la cadena de suministro de todos los implicados? 
  • ¿Con qué medidas exige y promueve relaciones transparentes y participativas a lo largo de la cadena de suministro de todos los implicados? 
  • ¿Cómo comprueba, y sanciona en su caso, posibles riesgos e irregularidades?

En un sistema económico de bien común se transparentan los costos y márgenes de cada actor involucradoa en la cadena de suministro (transporte, bodegaje, distribución, puntos de venta, publicidad, etc.) pues solo así se valida el precio final, se logran relaciones comerciales estables, de largo plazo y en base al ganar-ganar. Cada actor sabe su rol y el valor que agrega al producto sin abusar de otros.

Además, una empresa de Bien Común involucra a sus proveedores claves en la toma de decisiones. El nivel de participación de los proveedores va desde la consulta pasando por el diálogo, sugerencias y recomendaciones, hasta la participación activa de la toma de decisión. Cuanto más afecte una decisión a un proveedor, más importante es involucrarlo en la misma.

La polera es sólo un ejemplo, pero claramente esto es válido para cualquier tipo de producto. Lamentablemente, hoy en día, la presión por parte de compradores para entregar grandes cantidades en poco tiempo a precios cada vez más bajos aún es práctica común en muchos rubros. Y esta falta de participación en la cadena de suministro hace que proveedores traten de disminuir sus costos lo más posible para poder competir con bajos precios.

Al final “lo barato sale caro”, es decir, un precio final bajo puede llevar consigo un indirecto costo social y ambiental muy elevado. Vamos por estas relaciones comerciales de largo plazo, basadas en el diálogo y la transparencia para que tu polera aporte al Bien Común de todos.

ROBIN RAMAKERS

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